miércoles, 25 de julio de 2012

5 meses después...

Hace 5 meses que no actualizaba mi blog. Muchas cosas han pasado desde entonces... pero más que eventos, son aprendizajes los que han venido a mi vida.
Después de trabajar como maestra de música de primaria a preparatoria, y de hacer algunos otros servicios como consejera y amiga, regresé a casa. Los cambios no son fáciles... de hecho, son de los retos más difíciles de afrontar que trae la vida. Son aquellos eventos que nos sacan de nuestra comodidad y nos exigen un mayor esfuerzo, una mayor meditación, un mayor despojo de lo que éramos. A todo eso se le llama valentía, determinación... madurez.
Lo que siempre agradezco en mi vida, es tener personas tan sabias y tan valerosas que me han apoyado en este tipo de cambios que he experimentado. Personas más sabias y más experimentadas que pueden ver lo que yo no, y me dan pautas para levantarme y continuar, marcando un nuevo y diferente rumbo. Creo en lo personal, que los seres humanos somos seres sociales, y dependemos de los demás para avanzar. Creo que si una persona se enfrenta al cambio completamente solo, es cuando tiene riesgo de caer en depresión. No hay nadie que lo oriente, que lo apoye, que lo consuele, que vea lo que él no puede ver y le de pautas claras para levantarse y continuar. Es en la transición de la vida cuando esa voz compañera, esa mano amiga, ese corazón solidario nos anima a continuar por más difícil que sea el cambio que enfrentamos.

Hace cuatro semanas me comenzó un dolor en la columna, casi no podía caminar ni hacer cosas. Hace dos semanas me accidenté el talón y finalmente no pude caminar. Dos semanas estuve "en cama", descansando. Eso me dio tiempo para meditar y reflexionar sobre mi vida, sobre los cambios que he pasado durante mis años jóvenes y lo que me resta por vivir y planear por el resto del año. ...Pensé en México y en los cambios que enfrentamos como país. Pensé los horribles eventos que se han desarrollado alrededor de masacres y gente demente matando a otros seres humanos... Y luego, mis pensamientos regresaban a los futuros planes que tengo, viajando por tierras remotas, imaginando nuevas aventuras, experiencias, lugares y personas por conocer... y concluí que la vida es increíble por más disparatada que parezca. Los cambios son los que hacen de la vida un regalo al momento... no puede esperar para mañana para ser abierto... sea como sea, lo recibimos y lo vivimos al momento.

Mis papás no se despegaron de mi durante mis días "de convaleciente". También sentí mucho el cariño de mi familia y amigos. Creo que soy muy afortunada de estar rodeada de tantas personas sabias y experimentadas, y valerosas que me aman y velan por mi. Creo que si en esta vida yo no estuviera acompañada por esa gente, no podría hacer mucho. Aunque viajo mucho y a veces soy muy intrépida y necia, no puedo negar que soy un ser muy dependiente de las personas, de su apoyo.

Hace 10 años mi hermana menor y yo tuvimos una entrevista como mayores de edad para sacar nuestra visa estadounidense. Cuando la mujer nos dijo que nos la daría por 10 años, siempre pensé en el día que llegaría para pedirla de nuevo: el año 2012. Rogaba al cielo para que me casara antes y no tener que ir sola a la Embajada a pedir mi visa, pero durante esos 10 años no tuve mucho éxito por ese lado. Finalmente en estos días tuve la oportunidad de renovarla y mi corazón se alegró por tener otros 10 años nuevos que se abren ante mi para viajar. Un mundo de posibilidades y de oportunidades están ante mi. Creo que el viajar sana mucho el corazón. Creo que el viajar sana la mente. Creo que el viajar hace madurar. Ya quiero viajar… abrir mi panorama, aclarar mis pensamientos, despejar mi mente. Vivir nuevas experiencias… nuevas y diferentes experiencias… conocer a gente nueva… hacer nuevos amigos… conocer nuevos lugares exóticos y remotos… Experimentar más cambios porvenir. 

Finalmente, hace dos días me recuperé por completo de mi accidente en el pie, y también bajé de peso, lo que provocó que el dolor en mi columna se esfumara. El cambio en mi alimentación, la convivencia con mis papás, con mi querida familia, el cariño y apoyo de los que me rodean... Me he sentido muy contenta y optimista, abrazando cada cambio y cada reto que presenta mi vida. Me siento apoyada por las personas que me aman y darían la vida por mi. Me siento privilegiada de tenerlos en mi vida y en cada fase de ella. Una cosa es cierta: aunque son difíciles los cambios, no puedo estar quieta. Mi necesidad de ver el mundo, de influir en él, de ser una fuente de recursos es grande y urgente. Continuamente me pregunto, ¿cuál será la próxima persona en poder ayudar? ¿De qué manera? ¿En dónde...?

La verdad es que estoy lista para vivir el siguiente capítulo de mi vida. La vida es increíble... pero también, increíblemente breve. No puedo desperdiciarla. Si quiero dejar mi huella en este mundo, no puedo gastar los minutos sentada. No puedo despreciar los cambios que me hacen madurar. No puedo sentarme a descansar por largo tiempo. Los minutos avanzan con rapidez... la vida continúa. Y yo, estoy lista para levantarme y continuar.


"Lanzarte, es arriesgarse a fallar. Pero los riesgos deben ser tomados, porque el peligro más grande en la vida es no arriesgarse".


miércoles, 22 de febrero de 2012

Rompiendo esquemas para quitar atroz

Habían pasado toda la mañana entrenando. La banda de guerra retumbaba al compás firme de los tambores y de las trompetas, y la escolta no dejaba de marchar, observando con celo cada paso. La competencia sería dentro de dos semanas y no debían perder tiempo para entrenar y ganar nuevamente el 1° lugar a nivel nacional. Después de tres horas seguidas de ensayo, y de haber saltado su hora de descanso y de comida, los muchachos tanto de la banda, como los integrantes de la escolta, llegaron cansados al salón de música. Era tiempo de otra clase tediosa de memorización conmigo.
De inmediato me percaté de su cansancio. Los que generalmente eran relagientos y escandalosos, ahora se mostraban tranquilos, aunque con un aire de apatía. Realmente estaban cansados. Tanto los hombres como las mujeres habían exprimido casi todas sus energías del día en el ensayo de 3 horas.
Pensé en que sería una hora larga. Luchar contra la flojera era lo último que quería hacer en ese día largo tan lleno de actividades. Así que, decidí romper completamente con el esquema de la clase. La moral estaba por los pisos, tenía que hacer algo diferente. Cogí el plumón y les expliqué el concepto de "tener atroz".

- "Ustedes tienen atroz", les dije, mientras escribía la palabra clave en el pintarrón.
- "¿Atroz? ¿Qué es eso, maestra?"

De acuerdo al significado que inventamos mis hermanas y yo desde que éramos chicas, les expliqué a mis 14 alumnos de secundaria y preparatoria que el concepto de "tener atroz" encierra muchos sentimientos encontrados, pero que es básicamente cuando te encuentras en un punto del día en el que nada te hace feliz; no tienes motivación, tienes flojera, frustración y cansancio. De inmediato concluyeron que eso era lo que tenían en ese momento. Nadie quería memorizar. Ni uno tenía las energías para hacer algo. Algunos me contaron que ni habían tenido tiempo de comer, y me pidieron permiso para hacerlo. Accedí, y los hambrientos comenzaron a comer contentos.

- "Voy a quitarles el atroz", dije, mientras me encaminaba al piano. Comencé a tocar el piano y a cantar mientras dejaba que platicaran entre ellos, se sentaban o se acostaban en el piso, o simplemente, se despabilaban. De inmediato me siguieron en la iniciativa. Algunos se acercaron al piano y comenzaron a cantar conmigo, siguiendo la melodía con juego. Cuando los vi un poco más animados, memorizamos solo una frase que teníamos que dar ese día, pero "el atroz" continuaba latente en todos mis alumnos.

Me puse de pie y les dije: "vamos afuera". Todos me siguieron y, cuando estábamos a punto de decir toda nuestra declamación, les dije: "¿quieren jugar a las escondidas?" A una, como niños chiquitos, todos gritaron que sí y con entusiasmo aceptaron, organizándose y colocándose en rueda para escoger al que contaría.

- "Miss Hani, usted cante la de 'Zapatito Blanco'", me dijo el líder del grupo, un muchacho de 18 años. Parecían niños chiquitos con nuevas esperanzas. Ya que mis 14 alunnos se habían acomodado en posición, comencé a cantar la popular canción, escogiendo con los pies, al que contaría. Habían pasado años desde que no cantaba esa canción. De pronto, una escena del pasado corrió por mi mente: yo, de 14 años, jugando con mis alumnos de 7 y 8 años. ¡Los tiempos no habían cambiado mucho! Fue así que todos corrieron a esconderse, gritando, jugando y riendo. Creo que para ellos también fue un viaje al pasado... creo que habían pasado años desde la última vez que cada uno de nosotros jugamos aquel juego. El ánimo de toda la clase, dio un giro por completo por el resto de la hora.

Una vez con ánimos diferentes y nueva energía, pudimos repetir con entusiasmo la declamación completa. Un juego más, y terminó la clase. Al final de la hora, todos teníanos ánimos renovados y nueva energía para continuar por el resto del día. ¡Cómo nos habíamos divertido! Los muchachos habían corrido, reído, y jugado entre ellos y su maestra. La clase de memorización había sido un desahogo y solaz para sus horas de cansancio y atroz. Acordamos que los próximos días tendríamos un tiempo de "juego" para desestrezarse, porque el entrenamiento de banda y escolta seguirá por los próximos 8 días.

Mientras los despedía, dándoles las últimas indicaciones, una de mis alumnas llegó sonriente a abrazarme mientras gritaba: "de veras que jamás había tenido una maestra igual que tú", casi había terminado de decir eso, cuando llegó el siguiente niño y me abrazó igual, y exclamó con sus ojos llenos de entusiasmo y agradecimiento: "debería haber más maestras como tú en el mundo".

De pronto, pensé en el contraste de lo difícil que habría sido luchar contra la apatía siguiendo el esquema de 'maestro regaña a alumno = ambiente negativo'; en contraste a lo sencillo que había sido romper con esquemas y paradigmas para crear un ambiente de enseñanza y buena energía para activar a los alumnos, saliéndome completamente del parámetro estandarizado.
Se cumplió el objetivo. Ya no había atroz. Cumplimos la 'cuota' de memorización, los alumnos me lo agradecieron, y pudimos continuar el día con buen ánimo, sin enojos ni atroz.

domingo, 1 de enero de 2012

2012

Este año lleva escasos 40 minutos de vida, y los cohetes, luces y balazos no dejan de escucharse en mi ventana. Estoy acostada en mi cama. Sí, acostada. Terminamos nuestra velada una hora antes. Me traje una rebanada de flan que hizo mi mamá que ni he tocado. Llegué a mi cuarto directo a cantar con mi guitarra. Pasé el año nuevo cantando "Forever Young".
Cuando alguien me escuchó interpretar esta canción, exclamó con un pequeño aire de desagrado: "pero, ¿cómo que "por siempre joven"??" ...Y comencé a explicar: "Por siempre joven de corazón. Obviamente, vamos a envejecer, es parte de la vida, pero es un anhelo el que permanezcamos con esa fuerza y empuje que tenemos de jóvenes; con ese brío y valentía por arrebatar, por vivir, por experimentar. Ese corazón joven que ríe y canta, y no se amarga..."

Le decía a un querido viejo amigo que ya deberíamos de conseguirnos "pareja" para no estar solos. Muchas personas no tenemos lo que deseamos en este nuevo año, o estamos haciendo algo totalmente diferente a lo que pensábamos. Cada año es diferente. El comienzo y el final son diferentes. A veces tenemos, a veces no, lo que deseamos. Sea como sea, nuestro propio corazón seguirá siendo nuestro para decidir disfrutar el momento y gozarlo sea como sea que venga a nuestras vidas.

El año pasado marcó mi vida en diferentes áreas. Celebré junto con mi abuela nuestro cumpleaños: ella, 80, y yo 30. Perdí un muy valioso amigo muy especial para mí. Pero gané varios más que ahora son indispensables en mi corazón. Celebré la unión de varias amigas con los hombres de su vida. Viajé hasta más no poder. Hasta conocí dos nuevos sitios que no había contemplado. Conocí gente maravillosa de paises totalmente lejanos y ajenos a mi entorno. Me adentré a un nuevo mundo de la música y docencia, y crecí mucho como mujer.

Tengo muchos planes para este año. Varias invitaciones a viajar a otros sitios. Eventos especiales como cumpleaños, bodas y competencias estudiantiles. Muchos proyectos y retos en puerta, que espero tener el coraje y valor para que se realicen.
No creo en el fin del mundo como nos lo cuentan. Este año será grande. Ya lo es. Mi perspectiva es grande, por lo tanto, estoy lista para vivirlo.

Queridos amigos y familia, feliz 2012.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Marchando y cantando como locos...

En mi primer día de regreso a clases, mi tía me recibió con mi nueva credencial de Docente. Me emocioné, pues hace 6 años que no tenía una. Los niños y alumnos también me recibieron con sus brazos abiertos literalmente, tenía muchas ganas de verlos de nuevo.
Me cansé mucho en este, mi primer día, pero aún así, fue divertido. Aprendiendo algunas técnicas singulares para el arte del canto y para quitar el pánico escénico, les di instrucciones a los niños pequeños y salimos del salón de música marchando y cantando fuerte, casi gritando, hacia el patio, donde se encontraban algunas maestras y alumnos y nos podían mirar. Al principio, los 20 niños del coro se cohibieron, pero los animé a que continuaran marchando y dando vueltas en fila y cantando, hasta que en un momento, todos "gritábamos" y nos divertíamos, disfrutando del momento tan peculiar de clase de música. ...una vez más, la música y el ritmo hicieron conexión.

El cuerpo me duele. Tengo sueño y mucho cansancio. Hace mucho frío, y se incrementará más. Pero la experiencia de convivir y transmitir el arte y la expresión musical a estas mentes jóvenes, ha sido invaluable.

Domingo 20 de noviembre, at 5:50 am. Desafíos y sueños en la madrugada...

Hacía mucho que no me desvelaba así. Y también hacía mucho que no leía mis escritos y ensayos que he publicado aquí ni en facebook. Y también hacía algún ratito que no escribía.  Creo que eso de desvelarse es una de las cosas que hacen la soltería encantadora… algo que no puedo remediar de inmediato, pero que puedo compensar haciendo otras cosas.
Hace algunas noches, viendo algunas conferencias del programa global de ideas TED (Tecnología, Entretenimiento, Diseño), escuché la impactante plática de la mujer hindú Sunitha Krishnan, una valiente defensora contemporánea de los niños y mujeres que son víctimas del tráfico y esclavitud sexual. En esos breves 17 minutos que expuso su propia experiencia y la vida de otras tres niñas, no pude dejar de llorar. Sentía que el corazón me ardía con un fuego vehemente por estar a su lado y pelear junto a ella por esas vidas que diariamente están siendo torturadas hasta la muerte y que no tienen ningún otro destino ni escapatoria alguna.
Esta madrugada, al estar leyendo mis escritos antiguos, me di cuenta de los pasos que he dado en mi propio crecimiento y avance hacia la madurez.  No han sido “grandes pasos” como quisiera, pero lo práctico e inspirador de escribir y registrar memorias y pensamientos, es que uno puede medir, o se puede dar cuenta de su propio proceso y el cambio interno en su manera de pensar al pasar el tiempo. Las ideas y paradigmas van cambiando conforme se conoce o descubre más de la vida; conforme se vive y experimenta más.

Los últimos días de mi vida han estado llenos de trabajo y de muchas actividades; siempre con cosas por hacer. Pero internamente, mi mentalidad se ha sometido a grandes desafíos para ejercer paciencia a las ideas y planes que alguna vez visualicé y que no ha llegado el tiempo de cumplirse. Ha sido un tiempo para sentarse a calcular, a planear, a reflexionar, y decidir. Y por otro lado, siguen lloviendo proyectos e invitaciones, y el trabajo parece nunca tener fin.

Mujeres como Sunitha Krishnan me retan y desafían. Mis propios escritos de años pasados, me desafían mi pensamiento actual. A estas tempranas horas de la madrugada, he llegado a la conclusión de que soy muy afortunada. Tengo muchos proyectos e ideas en la mente; muchas cosas que desearía tener o experimentar, y que no ha llegado el momento para eso; o tal vez hasta estoy experimentando luchas internas, pero mi conclusión sigue siendo esta: sigo siendo muy afortunada. Soy muy afortunada. Soy muy afortunada de la vida que tengo. Del lugar en donde vivo. De la familia que tengo y en donde me he desarrollado. De tener a mis amigos y a la gente que me rodea y que hace de mí una persona digna. Reflexiono en la realidad de que cada 60 segundos está siendo vendida una niñita de 3, 5, 7 años de edad para el tráfico de sexo, se estremece todo mi ser. Esas niñas y niños no tienen otro destino más que ser vil objetos de un ser depravado y perverso. Sus vidas están siendo truncadas y destruidas no por decisión propia, sino por la aberrante esclavitud actual que existe en pleno siglo XXI.

Somos individuales, cada uno con nuestros propios retos y procesos. Pero no por eso dejamos de ser corporativos. Vivimos en un mundo globalizado, todos somos parte de la humanidad. No podemos permanecer ciegos y mudos ante tanta perversión que nos rodea y que de alguna u otra forma está ligada a nosotros y nos incumbe. Es tiempo de terminar con el silencio y aceptar esta aberrante y cruel realidad social y global que nos rodea diariamente. Esclavitud. Racismo. Exterminio. Secuestros. Homicidios. Abuso y violación. Narcotráfico. Caza furtiva de animales. Corrupción política. Plagios. Sistemas y dictaduras que oprimen a los pueblos y culturas. Es tiempo de frenar esta realidad. De denunciarla, terminarla, destruirla, erradicarla  de nuestra sociedad enferma. Es tiempo de romper el silencio y levantar la voz por estas personas, y aceptar y ayudarlas a disfrutar la vida como nosotros.  A que, en algún punto de su vida, puedan exclamar con nosotros, que son afortunadas.

Y así como hace un año escribí sobre mis ideales para un México que celebraba 100 años desde su Revolución, retomo una vez más aquel sueño de ver a mi México libre de miedos, confusión y muerte. Y ahora, añado a ese sueño, esa visión, esa esperanza, ese quedo clamor,  a nuestra propia raza: la humanidad. Sueño a una humanidad libre de los límites mentales y que tiene respeto por el otro ser. Tengo el sueño de ver a la humanidad  sin temor al asalto, al secuestro o a la muerte. Tengo el sueño de ver a la humanidad emancipada del dominio ajeno, pero sobre todo, del dominio y egoísmo propio que enajenan al ser para dominar a sus semejantes. Sueño una humanidad libre de la depravación; donde existe la dignidad y el cuidado y respeto por su prójimo y su idiosincrasia; libre del terror, de la codicia y del enmarañado ambiente que nos rodea diariamente en todas las esferas de la vida. Sueño y tengo ese ideal de una humanidad que sueña, pero que también hace.

Sueño que la humanidad crece y abre sus ojos a la conciencia, a la madurez y reflexión. Sueño que se abre al mundo de las posibilidades, de la creatividad y del respeto a la vida propia y ajena; donde nos dolemos por el dolor del otro. Sueño en que los humanos dejamos de preocuparnos tanto en las cosas superficiales y más bien ponemos nuestro enfoque en la actitud que tomamos al salir de casa y en la manera en cómo vamos a aportar con nuestra vida para construir una sociedad más noble y digna. En la actitud deferente que tomamos al reaccionar cuando nuestros semejantes traspasan nuestros límites consiente o inconscientemente. Sueño en que pensamos antes de hablar, antes de actuar. Antes de herir, antes de condenar. Sueño que los fuertes cuidan a los pequeños y débiles. Sueño que se brindan oportunidades. Sueño en ver nuevas amistades que surgen del perdón, de la tolerancia y respeto mutuos. Sueño en calles limpias donde la cultura es educada y vela por el bien de los demás. Sueño en gobiernos rectos, en gobiernos íntegros, justos y maduros que escuchan, que son firmes y no se doblegan ante la corrupción ni el popularismo. Sueño en que cada palabra que se habla o se publica es para aportar, para socorrer, para consolar, para hacer sonreír, y no solo para deleite personal. Sueño que disfrutamos juntos de la vida y de las experiencias, sean buenas o malas, aprendiendo de ellas.
Sueño en que los desafíos, luchas y procesos individuales se comparten en una humanidad que es corporativa y donde sus individuos se ayudan y se apoyan a sí mismos, no se destruyen. Sueño en que ya no existen lágrimas de dolor ni soledad. Sueño que ya no hay nada que nos impida alcanzar ese estado de ser.

5:23 am.