jueves, 6 de octubre de 2011

...un pequeño legado de Steve Jobs

Aunque no soy fanática de hueso colorado de las Mac ni de los Iphones ni de las Ipads, sí puedo decir que admiro enormemente el trabajo y el pensamiento perseverante y creativo que nos dejó como legado a toda la humanidad y a su historia, el genio Steve Jobs, que el día de ayer falleció. Ahora que ha habido homenajes recordando al gran genio creativo de nuestra era, aprendí una de sus frases célebres y hábitos que lo llevaron a lograr todo lo que logró: "stay hungry stay foolish", o "mantente hambriento, mantente alocado".  "Vivir el último día de tu vida como si fuera el último". "No me importa ser el hombre más rico en el cementerio. Ir a la cama cada noche sabiendo que hemos hecho algo maravilloso... eso es lo que me importa".


Hace un par de meses mi tía me pidió e invitó trabajar en su escuela (que va desde kinder a preparatoria) para preparar a sus alumnos en música y en todo lo que se ofreciera. Accedí, pues supe de inmediato que sería una buena experiencia. Conforme fue acercándose la fecha para partir, el viaje se convirtió en un reto para mi. Hacía algunos años que no practicaba la docencia, y menos, sobre música. Me comencé a preparar como siempre lo he hecho, autodidácticamente, y finalmente llegó el día señalado para mi viaje. He estado viviendo en Toluca desde hace casi dos semanas. Lo que aprendí me sirvió, pero el reto que me esperaba fue mucho mayor.


Ahora, con la muerte de Steve Jobs, he reflexionado sobre lo que hacemos diariamente y la marca que dejamos en la historia y en la vida de las personas que nos rodean... especialmente, si esas vidas son mentes jóvenes hambrientas y alocadas... La oportunidad de dar clases de música se extendió a asesorías en inglés, de  fotografía, de composición musical y de consejería. Pero a parte del gran desafío de extender y hacer rendir mi tiempo y mis capacidades de "multiplicarme" en tantas áreas diversas, lo más especial que he visto en este trabajo que he hecho por los últimos días en esta escuela, ha sido la influencia enorme que puedo o podemos tener en la vida de los muchachos que tenemos a cargo. Una mirada de aprobación, una gesto de cariño, o unos minutos de dedicación y atención hacen la diferencia y lo maravilloso de haber valido la pena.

Ella entró a la oficina. Se veía un poco perdida. Le pregunté su edad. Sonriendo y apenada, me dijo que tenía 16. La verdad creí que era más chica. Su nombre era Selma. Callada, pero impaciente, permaneció ahí de pie, como esperando algo de mí, mirándome con sus enormes ojos negros. Le pregunté sobre su tarea actual, y me enseñó un libro de matemáticas. Lo hojeé y me percaté a simple vista que Selma no tenía casi idea de lo que eran las divisiones. Le pregunté si necesitaba ayuda, y feliz accedió, como si eso hubiera sido lo que había estado ansiando escuchar. Se sentó y así comenzaron mis asesorías con Selma, mi alumna especial con capacidades especiales.
Selma, aprendiendo la clave de Sol y las notas en el pentagrama


Pronto me di cuenta que su capacidad mental no era la de una joven normal y sana de 16 años, pues Selma era un poco más lenta en entender y en desarrollar su habilidad oral y escrita: padece de epilepsia. Así, cada día que asisto a la escuela, Selma llega de sorpresa a la oficina con su libro, y vacilante, me pide que la ayude. Pasan los minutos muy rápido cuando estoy con Selma. Y parece que a ella le encanta también... tal vez no entienda a la perfección todo, o se le olvide muy pronto, pero he podido ver un cambio muy marcado muy significativo en la actitud y aprendizaje de Selma. A veces, matemáticas, a veces vocabulario, Selma ha podido avanzar poco a poco en sus tareas escolares, pero más que nada, en su actitud, que a pesar de su capacidad, la hacen una bella joven hambrienta y alocada.

Vivir el último día de tu vida como si fuera el último". "Ir a la cama cada noche sabiendo que he sido parte de algo maravilloso... eso es lo que me importa".  Steve Jobs tenía razón. Así han sido estos días como maestra... Ya sea en una clase de canto con los niños pequeños, o una asesoría en fotografía con alguno de los grandes, o unos minutos de pláticas con alguno que traiga problemas, son de los retos y frutos más valiosos que he experimentado aquí. A veces, no puedo evitar reírme junto con los muchachos de prepa cuando no pueden contenerse en alguna clase de música. A veces no debemos ser severos y sancionar. No podemos ser inflexibles y rígidos. Lo que se sale del marco de referencia, es lo que importa.  Después de todo, los momentos felices y agradables con las personas que te rodean son los que se quedan grabados literalmente en el corazón y en el alma para siempre, y son los que alimentan a esas mentes hambrientas y alocadas que algún día crecerán y fructificarán en mentes maravillosas llenas de genialidad y creatividad.

"Enseñar es aprender dos veces", y lo que he aprendido aquí es invaluable.

2 comentarios:

  1. Qué interesante y valiosa reflexión, qué importante vivir cada día plenamente para ti y para los que puedes aportar algo.
    Finalmente lo que importa somos las personas y la vida que día a día podemos disfrutar.
    Qué bueno que te has invertido en todos estos muchachos, tu hermosa actitud está impulsándolos para aprovechar cada día en sus vidas, y has nutrido mucho más la tuya.

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  2. Me alegro tanto por este tiempo de inversión, de trabajo, de desvelos, de logros, de lágrimas y de alegrías, pero más que nada, ¡tiempo de mucho aprendizaje para ti mi Prieta amada!!

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