lunes, 6 de junio de 2011

habladores.

Últimamente me he topado con escritos, o exclamaciones, o pensamientos de personas que critican algún tema o a alguna otra persona. A veces son atinados, a veces no. Pero el que sean atinados o no, no importa. La cuestión es el hecho de que critican. ¡Qué placer y afán es el criticar lo ajeno! Ya sea personas que quieren dar su punto de vista retando y juzgando con preguntas trilladas de "Esto está bien y esto está mal. ¿Tú qué harás?", o simplemente, ataques a pensamientos diferentes.

Me gusta el pensamiento de la duda y de cuestionar todo. Eso me gusta. No ser convencido fácilmente. Cuestionar, probar, experimentar, examinar, estudiar. Lo que no me gusta es que siempre exista ese afán (o placer?) de querer enseñar a los demás cuando no se ha sido requerido. Creo que más bien va por el lado de que no me gustan los habladores. Sean mujeres u hombres, no me gustan las personas que hablan más de lo que tienen pensado hacer. ...Que hablan más que su propia vida. Está bien, opinemos y hablemos, y hasta juzguemos lo que nos rodea, pero no condenemos al que piensa u obra diferente que nosotros. No seamos desagradables ni molestos usando sarcasmos atacando lo que es diferente.

Con respecto en las relaciones entre hombres y mujeres, muchas veces los hombres son más que habladores. Dicen una cosa con una, y hacen otra cosa con otra. Pero las mujeres no nos quedamos atrás. Hablamos mucho cuando no hacemos lo que decimos... y eso, es la mayoría de las veces. En una pareja, cualquier pequeño desliz en la lengua es suficiente para romper toda la relación.

Qué mundo tan claro y seguro sería si no existieran habladores. Entonces, habría paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario