jueves, 23 de junio de 2011

Disfrutando las decisiones de la vida

Hace algunas semanas le comentaba a mi mamá "lo difícil que era crecer". Yo lo sé; ya no soy una niña ni una adolescente que está pasando momentos cruentos en la secundaria o capítulos trágicos o románticos con novios. Pero a veces, las decisiones repentinas e importantes que llegan a nuestras vidas y que tenemos que tomar en un límite de tiempo específico, nos hacen crecer. Eso, a veces duele. Duele porque tratamos de ver hacia el final del camino; los resultados que vendrán, las consecuencias, y tal vez visualizamos la posible separación de seres queridos, o el cambio de actividades cotidianas a las que uno se ha acostumbrado, o la difícil renuncia a anhelos y planes que teníamos programados. Sí. Es difícil crecer.

Hace algunas semanas me vi envuelta en una "crisis" emocional. Yo no soy aprensiva, nunca lo he sido. Pero cuando me llegó la oportunidad de tomar una decisión importante en mi vida; decisión que muy posiblemente cambiaría todo el estilo de vida que he llevado hasta ahora, me quedé en shock por tres días. Yo creo que la medicina que tuve que tomar en esos días le añadió un plus enorme de crisis y depresión...

Pero finalmente, al escuchar los diferentes puntos de vista de las personas que le dan peso a mi vida y al rumbo de ella, tomé mi decisión. Decidí ver la vida desde una perspectiva diferente. Sería como un recipiente. "lo que venga, disfrútalo y llénate de ello si es bueno". Así lo hice. Al pasar los días fui mentalizándome y "recibiendo" lo que vendría con la decisión que había tomado. La crisis se transformó en expectación. La expectación se transformó en emoción. La emoción se transformó en calma. Cada día que transcurría me sentía aliviada. Y aunque siempre he disfrutado mi vida, no solo comencé a disfrutar esa decisión, sino aún más cada situación y cada persona y cada momento que venía a cada área de mi vida.

La semana pasada tuve la gran oportunidad... no, el gran privilegio de conocer y convivir con mucha gente de diferentes partes del mundo... algunos, lugares y países muy lejanos. Entre ellos, conocí a mi gran amiga neozelandesa Sarah, con la que hice de inmediato amistad porque hubo mucha identificación. De igual manera, a las dos hermanas de las Islas Salomón, Ester y Mele O'Brien. Lugares remotos, lugares inhóspitos que algún día visitaré. Otras personas de Camerum, el Congo, Trinidad y Tobago, Suiza, Inglaterra, Bélgica, Canadá y Jamaica. Realmente me siento agradecida por esa gran oportunidad al abrirme las puertas a tantas otras áreas del mundo que no conozco; el tener acceso a través de una persona a lugares y tiempos que tal vez no había contemplado, pero que, gracias a las decisiones que he tomado a lo largo de mi vida, y sobre todo, las últimas decisiones difíciles, he podido disfrutar todo lo que he vivido hasta este día.

Al final de todo, no fue tan difícil. Creo que el lapso de crisis fue difícil, pero no lo que convino con él. Ahora, hace una semana que estoy disfrutando de la compañía de mi hermana, mi sobrina y mi cuñado, junto con mis papás. Mis amigos que viven aquí. La presencia de personas que me estiman y estimo en demasía y que me extrañan. Todas las oportunidades que se me abren por el simple hecho de no estar cerrada. Si me cierro, se cierran las oportunidades.

Las decisiones de la vida pueden ser difíciles al momento de tomarlas. Tal vez vengan de sinsabores y malos ratos... tal vez, hasta lágrimas vengan. Pero al final, el crecer es parte de la vida y las oportunidades y privilegios que vendrán con esas decisiones serán únicos que enriquecerán de una manera maravillosa y enorme cada momento y cada detalle de la vida.

No dejes ir las oportunidades, pero más aún, no dejes pasar las decisiones importanes y difíciles que te ayudan a crecer.

2 comentarios:

  1. Bien por ser valiente y disfrutar la vida!!
    TE AMO!!

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  2. Así es, cada día y todos los días se trata de tomar decisiones. En especial en aquellas difíciles te he visto con madurez, valentía y certeza para tomarlas. Por ello te felicito y aliento.
    Te amo.
    Carlos S.

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