Ya llegamos por fin de una travesía hasta el norte del país, y hasta un poco más allá de la frontera. En estos tiempos es travesía, porque uno nunca sabe con qué se va a encontrar en las carreteras mexicanas. Gracias al cielo no hubo tantos retenes como de ida, y si hubo, solo fueron menos de 3. Eso sí, muchos militares y patrullas, especialmente en Tamaulipas... que horrible es ver a México blindado de esa manera.
Íbamos escuchando todo tipo de música. Me encanta la música. Nací con el don y nunca he podido evitar no estar sin música. Ya sea tarareándola o escuchándola. Pero siendo música, también me gusta mucho escuchar todo tipo de estilos y ritmos consecutivamente. No me gusta, y me aburre, escuchar solo un tipo de música, o de artista. Es simplemente odioso y aburrido. En este viaje, como en todos, desde que tengo memoria, alisté mi repertorio de todo tipo de música. Desde rock clásico, hasta los violines clásicos de Händel. Desde la samba, hasta los blues. Cuando nos encontrábamos a unas cuantas horas de llegar finalmente a Jalisco, por eso de las 12 de la tarde, comenzó la agradable canción de Chava Flores "Mi México". No dice mucho, pero el artista se vació con la forma de interpretar su canto y con el estribillo, que revela mucho: "Pues México es una casita bonita y chiquita donde vive Dios". A veces siento que soy más sentimental de lo normal, rayando o sobrepasando lo cursi y lo romántica. No pude evitarlo. Se me salió una lágrima mientras escuchaba esos violines rancheros cantando el estribillo y al mirar al horizonte lleno de cerros pintados de cactus y matorrales. ¡Qué bonito es México! ¡Y qué triste es verlo tan blindado en estos tiempos tan oscuros y enredosos! Odio ver a mi país así. Odio ver la política y el gobierno mexicano actuales. Odio escuchar que hubo otras tres balaceras, granadas, asesinatos, secuestros, destrucción. Odio escuchar que otro policía ejecutó a un político, que el juez dejó salir libres a los delincuentes, que hubo otra extorsión, abuso, robo al país, o que un niño torturó a hombres adultos. A 100 años de la Revolución, cuando se arrebataban el poder unos a otros por medio de la pistola... y seguimos igual.
Fuera de esa nota oscura y dolorosa, nuestra travesía desde el norte hacia el occidente del país fue tranquila y placentera. Rompimos récord con el tiempo y gracias a Dios todo salió bien. Sin tráfico, sin retenes, sin nada. Llegamos sanos y salvos sedientos de ver a Priss y a toda la prole. ¡Cómo los disfrutamos! ¡Verles las caritas, acariciarlos, tocarlos, abrazarlos otra vez! Están más grandotes y altos y maduros! Alabé a mi pelirrojo en especial porque se veía más grandote y alto, y su respuesta fue: "sí, y Mateo está más chiquito" ...jajaja... típico de un segundo nacido: resaltar su superioridad ante el hermano mayor.
Disfrutamos la pizza y los regalos, pero más, disfrutamos de la compañía mutua; amando estar juntos pero deseando con todo el corazón que el resto da la familia que dejamos en el norte estuviera con nosotros.
¡ODIO LAS FRONTERAS!
Y entre otras noticias, ya soy fotógrafa de nuevo. Mis hermanos me consiguieron una cámara Canon E0S y me encanta. Le conseguimos algunos accesorios y durante toda nuestra estancia en el norte, y durante nuestra travesía de regreso a la casa, estuve tomando fotos, como siempre. Recuerdo que cuando éramos niñas e íbamos en el carro acompañando a mi mamá a algún lado, para matar el tiempo, mi hermana y yo a veces jugábamos a que éramos turistas y nos la pasábamos tomando fotos en el taxi o en el carro-tour. Recuerdo perfectamente cómo encerraba cuadros entre mis dedos, cerraba un ojo para tener el mejor enfoque, y fotografiaba los cuadros, haciendo mis fotos imaginarias. De pronto divisaba un sin número de buenas tomas y escenas dignas de fotografiar, y siempre pensaba en mi interior lo mucho que me gustaría no estar jugando y estar tomando fotos reales con una cámara de verdad. Ese gusto se "durmió" por muchos años, hasta que nuevamente, ya siendo adolescente, conseguimos una cámara profesional después de haber perdido una cámara pequeña de rollo con la que yo me daba vuelo. Nunca usé esa cámara profesional... tal vez por miedo, no lo sé. Finalmente se descompuso y la regalamos.
No fue hasta que tuve 22 años que papá me consiguió una cámara SONY cybershot que en su tiempo eran las cámaras digitales más cotizadas y modernas del momento. 3.2 Megapixeles. Tarjeta de 16 MB. (a la cual le conseguí una tarjeta más grande, de 250 MB por $70 dólares, y a la que le cabían más de 1,000 fotos si las tomaba a la resolución más baja... créanlo o no, toda una ganga para su época! Mi cámara hizo furor entre mis amigos americanos! Era la más popular de todas!) A esa cámara le debo mi gusto por la fotografía actual. Fue en Rumania donde "aprendí" a tomar fotos espontáneas y de paisajes. Y después, conseguí una un poco más profesional (porque, lamentablemente, la SONY la perdí cuando una ola la ahogó). Mi KODAK, con la cual sigo conviviendo (ahora, esporádicamente por fallos técnicos). Y finalmente, esta hermosa Canon de la que me siento orgullosa haber rescatado y estarle dando su digno uso. Siento que mi cámara me lo agradece, ya que pasó de mano en mano hasta que finalmente nos encontramos.... Durante el viaje mi mente voló ideando nuevos planes y proyectos para hacer para el próximo año entre mi cámara y yo... y muchas cosas más. Estoy emocionada.
GOD IS GOOD. Por fin en casa... lista para descansar, y lista para lo que sigue!
domingo, 5 de diciembre de 2010
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Qué bonita entrada! Me hiciste llorar un poco. Yo no sabía de tu gusto por la fotografía desde que eras niña, pero me conmovió bastante. Eso comprueba más y más todo lo que ahora he estado aprendiendo de los deseos internos que traemos desde nuestro nacimiento. Y tampoco me sabía toda la historia de tus cámaras!! ...bueno, tal vez sí, pero siempre olvido todo. Estoy verdaderamente feliz de que de nuevo hayas recuperado tu afición. Espero que entre tus planes para este año entrante AHORA SÍ esté el sacarle algún provecho económico también a tan maravilloso talento. Te quiero, hermana!!
ResponderEliminarTuve las mismas sensaciones que Pris, al "leerte"...
ResponderEliminarMe sentí triste de no haber conocido ese gusto tuyo por la fotografía, pero por otra parte qué bueno que nunca es tarde para disfrutar lo que siempre hemos anhelado...
Y tampoco era consciente de las historias de tus cámaras!!! Jajajaja, ay corazón!!
Dios nos provea $$ para que puedas seguir desarrollando esa afición... y también opino como Pris, que puedas obtener algo económico a cambio, aparte de las satisfacciones y de las buenas fotos que sacas!!
Te amo Prieta hermosa!!