domingo, 21 de febrero de 2010

...mi piscolabís.

Me acuerdo cuando mi abuelo nos recibió una tarde preguntándonos si a caso apetecíamos un piscolabís. No supimos a qué se refería, y como solía hacerlo, no nos lo explicó del todo. Nos mandó a tomar un diccionario y descubrirlo por nosotras mismas. Descubrimos que se refería a un tentempié; un pasabocas, una botana. Un bocadillo para abrir el apetito, o viceversa, un gustito dulce para degustar después de la comida salada. Desde entonces, el vocablo y el concepto de "piscolabís" fue añadido a nuestro diario hablar, no solo para describir apetecibles pequeñas porciones gastronómicas, sino también para nombrar pequeños sucesos que endulzaban la vida en medio de dificultades.

Ayer recibí cierta retroalimentación inesperada de mi vida que aprecié mucho por quien venía. Ya en la noche, mientras interpretaba en aquella interesante y cálida plática que entre mis papás y este gran visionario extranjero tenían, después de aquel largo día, sobre las grandes cosas que Dios estaba haciendo, añadió a su respuesta de afirmación con un: “¡...Y ella me va a ayudar ahí!”, mientras volteaba hacia mí, su intérprete. 

Pero luego, continuó la plática con un drástico cambio. Súbitamente volteó conmigo y me dijo: “Por ese don profético que tienes, tú requieres que tu esposo tenga una visión más amplia que tú”, casi como conociendo mis anhelos y pensamientos. Yo le afirmé, diciéndole que lo sabía y eso siempre lo tenía en mente. Traduje, y mis papás afirmaron, contentos de que se hubiera tocado el tema. Y luego, este gran hombre de Dios continuó: “...no puedes casarte con ningún fulano que hay alrededor porque ves que ninguno llena los requisitos que tú necesitas, y entonces, tienes que agarrar a todo ese montón de tipos y quitarlos del camino y de la lista, y seguir esperando”, me dijo, como si supiera exactamente por lo que he vivido y lo que he pensado y he experimentado. Simplemente, estaba describiendo mi vida. 

Le contesté, sonriendo y afirmando: “EXACTO, LO SÉ!”, y entonces, papá afirmó lo dicho: “Con ella he tenido que hablar con varios hombres que han querido casarse con ella...” Nos reímos todos y después de aclarar algunos puntos de esa declaración, continuamos la plática sobre la relación entre padres e hijas y sobre el pacto que existe entre mi papá, mis hermanas y yo con respecto a los pretendientes. Como es de sospecharse e imaginarse, la plática fue bastante interesante y amena, acompañada de carcajadas y buenos recuerdos de pasadas experiencias memorables. Después, concluyó su retrospectiva de mi vida: "Sí. Sigue esperando".

Y esa misma mañana, mientras nos dirigíamos al lugar de reunión, papá me había dicho algo muy importante que hizo que mis ojos se humedecieran más de lo normal. Me dijo primeramente que había sido muy diligente en haber hecho ese subtitulaje y haber trabajado en equipo con varios que me ayudaron.

Pero luego, continuó: “Existen tres cosas que siempre me han impactado descubrir de tu vida. La primera fue cuando fui tu maestro de Historia en la secundaria y por primera vez descubrí a una Haniel totalmente diferente de la que yo conocía. Verte interactuar y socializar con personas, fue realmente impactante para mí. La segunda es tus viajes al extranjero. Mi hija, viajando sola por todos esos países, y todo lo que viviste, fue algo realmente impresionante, que pienso, “¿de dónde salió ésta, tan diferente a todos nosotros?”. Y la tercera, fue el verte el día de ayer, convertida totalmente como en un pulpo; con tres computadoras y con tantos problemas técnicos que resolver. ¡Tienes una increíble capacidad! Verte interactuar con la tecnología tan rápido, y ver cómo atendías no nada más a los que estaban en línea, sino que continuabas atendiendo a los que estábamos ahí en la conferencia. Pero no solo eso, sino que también, viendo las maneras de cómo solucionar los problemas… y encima de eso, ver tu actitud de servicio, y tu gran y hermosa sonrisa… me quedé realmente impactado por tu trabajo y por lo que eres. Hija, ¡vaya que eres todo un tesoro!”.

…y ese fue mi piscolabis del pesado y largo fin de semana.

3 comentarios:

  1. Comparto tu alegría de haberlo recibido, y comparto el sentimiento de admiración de mi papá al decirte todo eso. Cada día te admiro más y me sorprendo de la gran cantidad de cualidades, talentos y virtudes que posees, además de ser tan bella por fuera y por dentro. Te amo, Hani, y no me queda nada más que esperar también y disfrutarte al máximo ahorita que te tengo, porque yo sé que en cuanto ese hombre de verdad llegue a tu vida, ya no te vamos a ver muy seguido por estos rumbos! jajaja. Luego me cuentas bien, con todos los detalles!!

    ResponderEliminar
  2. Sí mi amor, yo también admiro y valoro mucho por el toque especial que das a todo lo que haces. Y por la enorme capacidad que tienes para amar con pasión y ternura aquello por lo que te entregas.
    Eres tan fuerte y sabia, pero a la vez tan dulce...
    TE AMO!!!!
    Mami

    ResponderEliminar
  3. Sí mi amor, yo también admiro y valoro mucho por el toque especial que das a todo lo que haces. Y por la enorme capacidad que tienes para amar con pasión y ternura aquello por lo que te entregas.
    Eres tan fuerte y sabia, pero a la vez tan dulce...
    TE AMO!!!!

    ResponderEliminar