lunes, 8 de noviembre de 2010
Tengo un Sueño.... sí. Sigo soñando.
Tengo el utópico, pero válido y posible sueño, de un México libre de miedos y confusión. De un México donde no hay límites mentales pero sí, respeto al ser humano. Tengo el sueño de ver a mi país caminando libremente por las calles oscuras de la noche y gozar de la brisa otoñal sin temor al asalto, al secuestro o a la muerte. Tengo el sueño de un México lindo cuyos habitantes se rían del porvenir, planeando a sus anchas su futuro al lado de los suyos en un suelo libre de temor, de desesperanza y dolor. Tengo el sueño de ver a mi Patria emancipada del dominio ajeno, pero sobre todo, del dominio del terror, de la codicia y del enmarañado ambiente que nos rodea diariamente en todas las esferas de la vida. Un México que celebra su Independencia en un nivel verdadero, real y tangible. En un México que es verdaderamente libre, soberano e independiente, donde todos sus hijos somos colaboradores para propiciar el beneficio común, y no a costa de ellos. Sueño con un México puro, donde se respire limpieza, honestidad e integridad... Sueño con un México que no teme planear y dar los primeros pasos; sueño en ese México que sueña, pero que también hace. Sueño en ese México que pelea y trabaja por lo suyo. Sueño en un México libre de asaltos y robos; libre de ideas egoístas de arrebatar lo ajeno: desde la más simple prenda, hasta la vida misma. Sueño en ese México que sigue forjándose en las mentes de miles de mexicanos, pero que sólo vendrá a la luz en los corazones de los valientes. Sueño con un México libre que vive en seguridad, plenitud y paz.
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