domingo, 25 de julio de 2010

rain

Ayer y hoy ha llovido tal y como me gusta: una bella tarde donde el recio viento sopla con fuerza y hace mecer los árboles en esta oscura y plateada penumbra que alcanza a alumbrar la estancia... No pude resistir, y salí a mojarme los dos días. Realmente disfruto como nada en el mundo el caminar bajo la lluvia, absorta en mis pensamientos y en la belleza de la creación.


Pienso que dentro de la belleza de Dios existen los diferentes tonos de colores que le dan el encanto de divinidad, de ser Dios. No entiendo muchas cosas de Él. Para no irme lejos, no entiendo muchas cosas que Él hace, deja de hacer, o permite en mi vida. Pero esos tonos grises, plateados, oscuros y a veces lluviosos, son los que le dan la belleza de ser soberano y regir todo cuanto nos rodea. Nuestros pensamientos no son los de Él.

La vida no se trata de gozar los días soleados con despejados cielos azules. También se trata de aprender a gozar la lluvia durante los días oscuros y plateados. La lluvia tardía da fruto a la tierra sedienta.

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