Hoy leí una de las escenas de su drama "Sueño de una noche de verano" y corroboré una vez más la aguda intuición que el hombre tenía sobre los sentimientos contradictorios que padece el sexo femenino cuando se encuentra en los más grandes abismos de confusión cuando se está enamorada y no es correspondida. He aquí algunos párrafos:
“Ser para siempre aprisionada en el sombrío claustro, pasar toda la vida en estéril fraternidad entonando cánticos desmayados a la fría y árida luna. Tres veces benditas aquellas que pueden dominar su sangre y sobrellevar esa casta peregrinación; pero en la dicha terrena más vale la rosa arrancada del tallo que la que marchitándose sobre la espina virgen, crece, vive y muere solitaria”
“Así quiero crecer, señor, y vivir y morir, antes que sacrificar mi virginidad a un yugo que mi alma rechaza y al cual no puedo someterme”.
“¡OH manantial de contradicciones y desgracias, el amor que sujeta al príncipe a los pies de la humilde pastora! …otras veces, está la desproporción en los años… Triste espectáculo, ver el otoño unido a la primavera…”
“¡Oh infierno! Elegir amor por los ojos de otro!
“Pues si los verdaderos amantes siempre fueron contrariados, ha de ser por decreto del destino. Armémonos, pues, de paciencia en nuestra prueba, ya que esta no es sino una cruz habitual, tan propia del amor como los pensamientos, las ilusiones, los suspiros, los deseos y las lágrimas, triste séquito de la fantasía”.
Sé que se casó a los 18 años de edad con una mujer 8 años mayor que él. Sé que fue el "casamentero" de una pareja, y que también se rumorea que tuvo algunas amantes... No lo sé. Pero creo que a través de todas las experiencias que vivió a lo largo de su vida le dieron esa erudición en el tema de los sentimientos de las mujeres... No habrá sido fácil casarse con una mujer mayor que él en una época donde era mal visto ese tipo de emparejamientos... Pobre Shakespeare. Los golpes de la vida y del amor le dieron toda esa perspicacia que deja brillar con genialidad en todas sus obras románticas que narran amores, o tragedias que narran desamores no correspondidos; ya sean por voluntad propia o por azares del destino. ¡Ironía la de la vida! ¡Un hombre describiendo con precisión el enmarañado sueño confuso de la mente de una mujer cuyo corazón está enamorado!
¡Bravo Shakespeare!
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